domingo, 1 de diciembre de 2013

LILIANA LOPEZ BUSTOS/ LA BUSQUEDA



Calle tragada por el subsuelo
en la gris tierra del tiempo perdido,
juventud deshecha en hilos enmarañados
cabeza cana de incomprensión nocturna.


En esos hilos de mil nudosos
en esa tierra de vaivén oscuro,
busco cual minera con lámpara encendida
lo que robo el espacio en cruel desventura.


Sola con combo y barreno
desastillo años eras y recuerdos,
trabajando como partera en oscuro silencio
para extraer la luz del entendimiento.


La busco ¡Oh! cómo la busco
aquella ráfaga de tantas congruencias,
aquella sabia de miles de almas rezagadas,
aquella perspicacia de un alma sensible.


Pero no; no la hallo,
ni en el recóndito escondrijo del topo,
ni en la altura llana del majestuoso cóndor
y sólo puedo resignarme a beber cócteles
en la fiesta erudita de mis frágiles recuerdos.

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