El sol oscureció, veo una nube negra
desde ahí, me besas, abrazas
te vuelves transparente.
Recojo lágrimas, las vuelvo arena
recojo dolor, las vuelvo carbón
tizno de negro alma y corazón.
He pagado en cómodas cuotas tu muerte
de luto vestí mis días
a la ruleta rusa jugué mi suerte.
Te siento cuando vuelves
rasgando mi piel curtida
hurgando en las entrañas
buscas a la otra cría, que en ciernes quedo.
De ardientes fantasmas se llenan mis noches
no me juzgues, si en cada orgasmo que senti
estuviste ausente.
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