Tres gotas tuyas
semen, sudor y una lágrima
regando mi cuerpo ansioso
recorriendo mis músculos tensos
dilatando mis pupilas curiosas.
Disparando mis nervios hacia un mundo lejano
apretando mis dientes
respirando muy fuerte
nuestros gritos entrecortados surgiendo ahí
en medio de los cuerpos enredados,
fundiéndose con el sol violentamente grande y rojo
que se ocultaba en el metálico y encementado puerto
cuyos ganchos y grúas entrecortaban
los rayos solares que caían sobre este tórrido verano en Amsterdam.
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