domingo, 17 de enero de 2016

SALVADOR YANINE PAULO/ CANDIL DEL ALMA


Soy viajero incansable de locas latitudes,
de vastos horizontes y misteriosos mares.
Mi corazón es puerto donde atracan las penas
y mis ojos dos faros mirando las distancias.

Las manos de la gloria no tocaron mi rostro
ni endulzaron mis sueños como los cuentos de las hadas.
Mi vida fue un continuo poema de inquietudes,
un sollozar del hombre con los ojos cerrados.

Viajero impenitente en su misión de estrellas
mi corazón es barco de memorias ancladas
Un día aquí, y el otro ¿quièn podrá establecerlo?
Mi alma es la bahía donde muere el albatros.

Amadas que endulzaron mi vida de marino,
cubriendo de caricias al eterno navegante,
y si al correr del tiempo soy de su amor ceniza
qué importa si sus besos mis heridas curaron.

Le dieron a mi vida sus vitales alientos
las tengo en mis recuerdos mecièndose en mi hamaca.
Me amaron y fue todo, simplemente con ellas,
y no puede el olvido desconocer mi llama.


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