martes, 11 de noviembre de 2014

DANIELA SOL/ A LUDWIG ZELLER


Existe una realidad paralela de piedras turquesa
una surrealidad visible en tus cejas abismales
en los ojos de agua que alimentan el oasis.
Una no realidad en tus vocales profundasnegrasincandescentes.

Hay un barco errante que flota entre tus desiertos
y dos manos que se extienden para volar.
Sus alas son tijeras automáticas de un mundo sinestésico
una pluma voraz que carcome la realidad y la transforma en sueño.

En los preludios de la vista –ese abrir de puertas infinitas–
en el nacimiento insurgente de la duda
en las púas y espinas bajo la piel
en el vómito imperceptible,
como si se tratase de abrir un universo
jugar al sueñovigildirigido
estirar la mano para que se acerquen los pájaros
o limpiar la boca del amargo sabor a sollozo.

Te miro sin que lo notes
y me pegunto ¿cuántos de tus andares llevo yo?
Intento apropiarme de tu nombre lúdico, lúcido
y comienzo a quedarme con tus versos luminosos.

Una nube blanca, dos naves violeta
dos niños corriendo sobre el muelle de Oaxaca.
un centenar de gaviotas
un millón de peces bajo el agua.
Y a tu mirada la espero de este lado del océano.



















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