miércoles, 23 de julio de 2014

NATALIA ROJAS/ PEDERNAL (FRAGMENTO)



sin pensar esta noche en noche, ardo un cirio, depositante silencio en llama. esta es la mano que me hace transitar. alumbra engaño a la luz del camino antojadizo que insiste arder una vela a pleno día



la mancha cubría el fino hilo invernal. yo no entiendo el vacío. enjugo la palma que rozó lo irremediable que se comprende. lo callado. lo distancia. y yo sigo enjugando porque no entiendo el vacío. la mancha se ocupa de desnudar lo que ves en el fuego y en la voz de los elementos



pedernal que se agita perdona la posible aparición de la poca palabra. presencia ajena y besada como el niño que bota el pan añejo. perdona por hundir y pronunciar. perdona por no aparecer y ser primeriza: el pedernal cuando choca, me inunda y promete flechas, lagunas y paladar. perdona por decir al unísono: humo, acantilado y cariño. perdona las paredes que llevo de álamos, crujidos y polvo. perdóname por perderme en el aliento último



y quedarme vapor. caudal llano de viento, ojos de la fruta aguda que habita en la mano. temblando en el recorrido de cada pata y bruces de este animal que me lleva a la residencia. alelí y cúrcuma. y hacerme beso alzando la mudez del tacto. la brisa y el trueno cierran el día. me aúpo, relincho e incendio la sombra del poema perdido: el que no escribo cuando me hago vapor. el que no escribo, pues lo encielo, lo dejo a tus ojos, lo enpiedro, lo entrigo, lo firmo con tu nombre.

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