martes, 9 de julio de 2013

JOSÈ DEDES/ MAÑANA O


Y entonces ya era abismo.
Perdidos el placer y la palabra.
Un silencio de roca en la mirada.
El oído del tiempo desgarrado
fue cerrando las puertas
y mil voces.
Se ha extraviado una rosa en el vacío.
Y ya no queda Dios para el mañana”

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