Que lejano estás,
me es imposible acercarme a tus cadenas
que cohíben mi esperanza,
tus blancas sienes
se cobijan en mi sufrimiento,
pálido rostro de confusos pergaminos
olvidados en el fondo de un recuerdo
mar de ensimismados pensamientos,
cubriré tu tumba
con inmortales sentimientos de amor
y viviré mi presencia a tu lado:
lamento.
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