jueves, 6 de septiembre de 2018

ARÌSTIDES GIAVELLI/PARTE DE NUESTRO CREDO


Fue crucificada en catre de campaña
por las sombras camufladas
que asolaban Chillàn en ese entonces
y violada varias veces
(quizàs cuatro quizàs cuantas)
entre guardia y ronda de medianoche.
Asi agonizò dos semanas.
Fue muerta.
Abrazada con alambres
y sepultada en la soledad del rio Ñuble.
Al tyercer sol resucitò junto a doce
semejantes, desmenuzados
por la cienaga y los peces.
Ascendiò a nuestra conciencia
y està sentada a la diestra
del pueblo todopoderoso. Por los siglos
de los siglos.

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