domingo, 22 de julio de 2018

GUILLERMO PIEDRABUENA RICHARD/ IGNACIO CARRERA PINTO N 355


"Eramos recibidos por una hilera de arbustos espesos
Estatuas inmóviles, amigos invisibles, testigos de nuestra existencia
Bajábamos lentamente, en solemne procesión, hasta llegar al mar
Luego me despedían en nostálgico ritmo.

Rincón de la costa donde las olas se estrellaban contra las rocas
Bosques que se juntaban con el mar
Lugar que pudiera ser refugio de poetas y pintores.

Fue allí donde conocí mi propio ser y
comparti mis alegrías y sufrimientos
Como no verla a ella con su paciente bordado
y en silencio contemplar la belleza de ese mar
y luego caminar junto a mi a través de caminos
cubiertos de flores y plantas exóticas.

Cuántas veces llegué a ese lugar sumido en intensos sufrimientos
que traté de sublimar en la tranquilidad de ese paraíso
Cuantas veces sufrí el azote de su naturaleza, sus tempestades y lluvias.

No importa lo que puede sucederme si todavía puedo acercarme
a ese maravilloso lugar y vivir de los recuerdos por dolorosos que sean
La vida transcurre pausada e imperceptiblemente y
una soledad creciente invade mis sentimientos.

En mi mente imagino mis restos en un cementerio maravilloso cercano,
de cara al mar y escuchando el lenguaje y mùsica de sus olas bravías

La vida esta llena de ilusiones que hacen sufrir y le dan un sentido hermoso
a la existencia de un poeta dormido

Un día llegué a Ignacio Carrera Pinto n 355 y permaneci allí para siempre".

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