jueves, 4 de diciembre de 2014

ALDO GONZÀLEZ/ VIAJE A LA NIEBLA (FRAGMENTO)



Una sombra no tiene voz. Ni rostro para
acusarla.

Los codos son más que su volumen, el
torso no se contiene, el fauno y sus pezuñas.

Una sombra no puede decir su nombre; es
incapaz de narrar su infancia, de mencionar
su pueblo.

No hay estirpe, no hay herencia, no hay
sangre.

¿Alguna vez entró el sol y la lluvia en la nuca de esos hombres?

Una sombra desconoce sus moldes, sus rasgos.
Es un niño ciego que aún no aprende el
alfabeto.

¿Cuáles son las cicatrices que me confirman?

Una sombra no tiene voz para la palabra: soy.

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