domingo, 25 de mayo de 2014

LAUTARO ROBLES/ CANCIONES DE LAS ALGAS (FRAGMENTO)


IV
Los senos de las sirenas, en las urgencias metafìsicas
de la vida de los mares, son el cielo que los cetáceos
plácidos miran en las tardes tranquilas: la serenidad
que los moluscos maduros han aprendido en la
densidad de las edades marinas.

Los senos de las sirenas con color de especies de
coral, leves venas de lagarto encantado y turgencias
indolentes que se identifican con la suavidad de las combas
que en la arena derraman las olas, fueron fundados a la
desintegración de extrañas flores marítimas que pasaban
por desarraigadas entre sus coetáneas.

Los senos de las sirenas, con su camino pálido y
su aire jugueton como puente de cimbra, son los
periscopios con que el ritmo y cadencias milagrosas que
conviven en el claro fondo, se asoman, arriba, a repasar
el saudade civil.

Si precisamente en las pequeñas rocas y arrecifes
habéis visto la primavera invisible de las sirenas, apta
solo a los borrachos capitanes, es por que ahí se refleja
lo urbano y, ante ello, el mar con sus sinfonías se
obliga a mantener un imperativo de música...

No hay comentarios:

Publicar un comentario