domingo, 9 de febrero de 2014

PABLO DELGADO U/ POEMA


Aùn no sè
còmo cruzamos la calle al medio dìa,
desvistiendo su historia
cual esqueletos empapados
en mustia fragilidad de infancia en esa hora.

El vapor era un naufragio que arremetìa
al muelle, al aparcadero de los residuos
cuando nos quedaban pocas horas en la quebrada,
en la ventanilla del ala norte de la casa,
en los postigos de la iglesia donde rezaba
lo ruin de nuestras esperanzas.

Era tarde para nosotros
se amontonaban los cerros,
y crujian màs allà las escaleras,
esas que vadeaban nuestro patio y nuestra acera,
esas que revertìan el pasto seco y verde del otoño.

Pues el motìn
no tuvo fuegos artificiales ni coronas de reina.

Cuando sellaron la portezuela,
el mar era un recuerdo en mi vista, en la tuya.

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