Los ojos en vigilia
un ocèano sin màrgenes donde el amor habita.
En los plieges del mantel
ocultos los rostros desolados
y la mano casi ausente
señala un cielo inacabable.
Cada minuto enrojece el dìa
y arrasa cuerpo adentro
en oscuro escalofrìo.
Entre los vastos maderos transparentes
la mesa es una isla en medio de la tarde.
Hoy se extinguió nuestra querida Violeta. Se llevó para siempre sus textos no escritos y la increíble fecundidad de su lírica tan natural y evocativa. Nunca te olvidaremos Violetita.
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