viernes, 11 de enero de 2013

TERESA CALDERÒN/ CODIGO DE AGUAS

La lluvia
se dedicó a llover
desconsolada.
Trajo un canto perdido
y acunado en subterráneos.
Vino hiriendo
las tejas de los años,
las rodillas de un niño,
con ojos fijos
llegó a beber en la conciencia.
Después formará túneles,
crecerá por encima del ladrillo
y el agua
se esconderá en la tierra
con los muertos.

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