lunes, 7 de enero de 2013

RODOLFO TORREALBA ELOY/ FINAL

Una plaza, seis palomas
y un abuelo solo
con las manos prisioneras de un bastòn.

Inmòvil, como ensayando la muerte
que sabe, està por venir,
con la vista pegada en el suelo
quieto, muy quieto, pero con los ojos
mojados de luz.

Y es que ese abuelo no està aquì,
ese abuelo anda lejos, muy lejos,
allà en su juventud
y bajo el raìdo tropel,
los recuerdos de una vida,
una vida que es toda ayer.

De nuevo està al principio,
de la mano de ese amoe que juraba eternidad
y que un luto muy lejano
lo sepultò en soledad.

Y vuelve a ver a aquel niño,
promesa de terna amistad
y que hoy es llanto de ausencia
y la ùnica postal de su triste navidad.

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