viernes, 11 de enero de 2013

MARIO CANEPA GÙZMAN/ CORREOS

Por eso en soledades fije mi domicilio
y me vine del hombre y de las luces
en busca de la noche y del invierno.

A veces hay navios que surcan por mis venas
llevàndome a travès de mares nuevos
donde no existen cementerios de recuerdos
ni ruido de estrellas en las madrugadas.
Tengo en el corazòn un pueblo tan distante,
donde no hay correos de amistades
ni hembras de goces abiertas al cariño.
Y alli me quedo en los trigales
junto al rìo de harina,
a la verde sombra de mis bosques,
al canto de la lluvia
y a mi vaso de vino.
Y me estiro en perezas de silencios
sin màs talegas grandes que mi vida
ni otros imperios
que mi amor de huerto.

Soy yo, sin nadie, lejos de todos,
sin perfiles pegados a monedas,
ni màrmol para estatuas.
Soy junto a la flor,
soy junto al rio,
soy junto al sol.

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