lunes, 7 de enero de 2013

LUIS BARROS MÈNDEZ/ MATER DOLOROSA

Imaginé, María, tus dolores
si pudo algún mortal imaginarlo,
y ¡cuánto me atormenta decifrarlos,
con pobre lengua y pálidos colores!

En tus ojos miré los resplandores
que arrobaron a Dios al contemplarlos
y tus supiros me atreví a expiarlos,
al desmayar el sol de tus amores.

Mas si rompió las nubes el lamento
que el Hijo tuyo al expirar vertía,
y si llegó a temblar el firmamento

icuál tu dolor acerbo, cuál sería,
al escuchar el eco de su acento,
oh madre triste, virginal María!.







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