lunes, 7 de enero de 2013

HERMONEGES DE IRISARRI/ ANACREONTICA

Mucho hay, niña, de falso,
mucho la vista engaña:
jamás en apariencias
te duermas confIada.
Si ves sobre mis sienes
mi cabellera cana,
no pienses que se ha helado
como mi frente el alma.
Tal en los altos Andes
se extiende un mar de plata,
que el hielo de la cima
prolonga hasta la falda;
pero arde allá en el centro
un mar de fuego y lava:
retiembla el monte, se abre
paso la ardiente entraña,
y luz esplendorosa
hasta lo cielos lanza.
¡Yo así para cantarte
tengo de fuego el alma!

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