jueves, 10 de enero de 2013

GUIDO EYTEL/ EL BAR DE LOS JUBILADOS

Los jubilados beben lentos su vaso de vino.
Miran en el diario
los avisos de las defunciones,
hablan de la humedad, del reumatismo,
y luego se quedan en silencio.

No hay reloj frente a la barra
y el calendario ya no sirve de nada.

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