domingo, 6 de enero de 2013

GENARO WINETT/ TIERRA CAIDA

Se alababa la tierra maravillosa como un cristal en la palma de un muerto.
Un muerto
¿Quièn no ha llorado en la vida a un muerto?
¿Quièn no ha perdido sus ojos en las aguas de un cementerio?
Entonces la muerte enseña que la tierra no es maravillosa. Hiere y las heridas que entrega son las màs horribles.
En esa hora se descifra porque los mares del mundo nacieron
del negro. Los oceànos fueron 1os creadores de la adoraciòn.
Y cuando 1os peces, internàndose, descubren mares màs intimos,
màs intensos, màs gloriosamente nacidos, entonces
las sirenas con la suavidad de 1os peces crean con sus sexos:
nace un canto.
Despuès, una mujer que se ahoga.

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