lunes, 7 de enero de 2013

FRANCISCO MEDINA CÀRDENAS/AGONIA BLANCA

Se acerca al oido dormido, socava
los ojoa trayendo un mensaje muy breve.
La sangre se agolpa y revienta en el dedo
¡No quiero palabras de fuego infinito!
Yo amo los muslos azules, al viento
que danza su sueño, la noche fantasma.
Yo escucho la acciòn de las ruedas, el lamento
que llega del agua, el canto que brota del ave.
No importa es inùtil que diga que amo a los hombres.
Atrapas los años de historia, aquella pupila
que nos habla de la imagen del tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario