domingo, 6 de enero de 2013

FRANCISCO JAVIER ALCALDE PEREIRA/ PAJARERIA

Ayer entrè a una pajarerìa.
No sè cuanto tiempo hacìa que no visitaba ninguna.
Habìa un gènesis enjaulado.
Muchos ojos con angustia me miraron
como un posible liberador.
Pero yo no tuve el valor de decidirme
a escuchar con calma alguna queja.
Una paloma oscura como un fruta negra
se alegrò al verme acercar,
pero yo sòlo caminè un poco
y ella se quedò como una pequeña casa antigua,
en silencio y sola.
En una jaula con barrotes gruesos como dedos
habìa muchos pequeños seres grises
que me miraron con rencor antiguo,
pero no pude decirles quièn era,
y el rencor antiguo se quedò, hacièndose màs viejo.
Alguen ofreciò una pequeña suma
por un conejo como el de Alicia
y luego de aceptada se fue con su conejo,
dejando el rincòn que ocupaba
dolorosamente solo.
Algunas aves con fisonomìa vegetal
se inquietaron para acomodarse
cuando me acerquè a decirles algo
que no se dijo nunca...
La dueña de la pajarerìa considerò màs tarde
que la venta del dìa era buena
y me pidiò salir para cerrar la tienda.
Un tucàn arrancado de la selva espesa
me despidiò con la esfera de sus ojos empañada.
Desde afuera; la fisonomìa de la pajarerìa
con la noche oprimièndola
era como la de un barco que se hunde

1 comentario: