domingo, 6 de enero de 2013

FERNANDO QUILODRÀN/ PANFLETO POR MARÍA

Otra vez te nos moriste, María,
y fue de pura muerte.
Más pesaba tu nombre que tu cuerpo.
Más costaron las flores
que el pan que no saciaste.
Más tu envoltorio escueto
que las ropas que contigo murieron.
Y, nunca, tanto ruido:
el lloro, la herramienta,
nuestras pisadas
sobre el grave sendero.
Todos estábamos algo avergonzados:
cada uno sabía que no sabía.
Porque ya habías muerto tantas veces:
de anegamientos y sequías,
de hambres y partos.
de silencio.
Por eso fuimos en hilera
de deudos, flores,
y lloríos.
Por eso nadie habló frente a tu tumba:
¿qué habrían de decirte?
¿Qué habrían
de decirte?

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