Desde lo alto,
desde el follaje mismo donde los pàjaros,
pueden dormir sin sobrealto,
desde las encumbradas raìces
metidas con sus garras violentas
wn la tierra,
desde la atalaya de miel,
desde los rincones de la soledad màs alta
donde los heroes duermen su
definitiva victoria
veo hundidos,
como una puñalada de los tiempos.
los desfiladeros de Carahue.
Alli viviò el fuego y la manzana;
Alli se cruzaron las espaldas y las lanzas;
allì don Alonso de Ercilla fundiò su verso
en un pergamino de luz entre tinieblas.
Allo naciò la capital del reino
y alli murìò con la primera aurora.
Pelantaro llegò con sus valientes
y quemò la alegria.
Allì se enreda el viento puelche
El escudo imperial fue pisoteado.
Las calles se cubrieron de
llamas dilatadas.
Ongamanòn llegò con sus valientes
y quemò la tristeza.
Nada quedò desde la altura;
sòlo el rio metido ente las piedras
y la lluvia pisando la ceniza
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