viernes, 11 de enero de 2013

ENRIQUE CASTRO FARIAS/ ORACIÒN DE SEMANA SANTA

Fue por nosotros, todos. Por el ciego que anida
la oscuridad gigante de un cielo sin estrellas.
Por el que no pronuncia su nombre. Por las vidas
de los que de rodillas caminan por sus huellas.


Por el desesperado que en el dolor florece
y que clama a sus ojos de casta mansedumbre.
Por el que lo reniega; por el que lo enaltece:;
por el que busca el suave calor que da su lumbre.


Fue por nosotros, todos. Vidas que caminamos
con horizontes turbios frente a la eternidad.
Por los que en una noche cualquiera nos curvamos
sobre la tierra negra bajo una cruz, y en paz.


Abrió los brazos santos. Sintió sobre las sienes
la corona de espinas. Llevó a cuestas la cruz.
Fue por todos, hermano. Por ti que no lo tienes
encendido en el alma, como un vaso de luz.


Sobre el duro sendero lo habrías encontrado.
El cuerpo atormentado. Los labios doloridos.
Con sed. Lleno de sangre. Cruelmente maltratado.
Las manos destrozadas. Rasgados los vestidos.


Caminaba. El cansancio le caía en los hombros.
A cada paso un golpe. (¡Perdónalos, Señor!)
¡Yo no sé, hermano mío, cómo ahora le nombro
sin que ese sufrimiento me contenga la voz!


Fue por todos nosotros. Por tu dicha y la mía.
Fue su sangre, su angustia, su corona y su cruz.
Oremos esta noche por la Buena María.
“Bendito sea el fruto de su vientre, Jesús”….

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