Se fue Congo adentro
muy de mañanita,
llevando a la espalda
su dolor a cuestas.
Ayer por la tarde
sin saber por qué,
salió de sus labios
lo que tanto fue…
Dijo a sus hermanos:
-hace ya tres lunas
que la vi partir,
se fue con los blancos
de allá del Transvaal.
Tengo aquí prendida
su postrer mirada
y, aunque yo pudiera,
no me la sacara.
-Su recuerdo es todo
lo que va quedando
de esta pena negra,
más negra, más negra,
que esta cara nuestra.
Todos preguntaron,
¿cuál de ellas era?
Y él, muy calladito
dijo: es la blanca Inés.
A coro rieron…
sin ver la vergüenza
que triste salía
de sus ojos negros.
Me gusta ese poema, quiero conocer más del autor.
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