lunes, 7 de enero de 2013

BERNARDO VERA Y PINTADO/ LA AUSENCIA

Me voy, pero vas conmigo;
te llevo en el corazón.
Si quieres otro lugar,
no conoce otro el amor.

Terribles contradicciones
componen nuestra existencia:
una de ellas es la ausencia
al lado de las pasiones.
Los amantes corazones
la miran como enemigo;
mas, mi pecho es un testigo
del fenómeno más raro,
porque, cuando me separo,
me voy, pero vas conmigo.

Este enigma portentoso,
que causa tanto tormento,
confunde al entendimiento,
y oprime un pecho amoroso.
¿Cómo es que no siento gozo,
si voy en tu posesión?
Porque hay cierta división,
entre ti y tu imagen bella.
Tú quedas, y yo con ella
le llevo en el corazón.

Sí, mi bien; el corazón,
el corazón que te adora,
es el centro donde mora
tu beldad y mi pasión.
Es verdad que tu elección
puede de asiento mudar;
mas como no has de apagar
en mi pecho el dulce fuego,
es lo único que te niego
si quieres otro lugar.

Aquí está, mi bien, tu altar,
y tu holocausto incesante.
El oficio de tu amante
ya no es más que idolatrar.
Si quisieres enseñar
de una pasión el valor,
conduce al observador
a tu ara: míra1a arder,
y dirá: Ve aquí el taller;
no conoce otro el amor.




















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