viernes, 11 de enero de 2013

BARBARA DELANO/ EL VIAJE

El fuego no prende pues
llueve y estamos desnudos.
En la orilla
un encaje de leños se balancea.

Hacia el abismo.
Sobre el monte nubes grises.

El rumor de la niebla que se expande.

(no veo nada ¿dónde estás?
¿dónde están los otros?
En el borde sobre la madera camino
con los brazos extendidos yo también
ando buscando un foso para morirme)

Apenas arden minuciosamente algunas
astillas sobre la tierra mojada.
Toda la extensión
es el último camino.

Hacia el fin.
Desde la tierra.

La niebla que nos cubre.

(no veo nada ¿dónde estás?
¿dónde están los otros? ¿los ves? ¿puedes verlos?
Hemos venido aquí para perdernos
para cansarnos de no ver bajo la lluvia
¡Déjame cargar este madero!
Yo también soy una cruz
buscando el sacrificio)

No ha fuego pues
llueve y estamos desnudos.
He aquí el paisaje
en toda su extensión.

Hacia lo largo y ancho de las cruces.
Sobre el abismo,

este inútil paseo de solitarios.












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