martes, 25 de diciembre de 2012

GUSTAVO VALLEDOR SANCHEZ/ AURORA


Frío está el horizonte. Todo es hielo.
En la niebla lejana que se esfuma
como en lecho real de blanca pluma
surge la aurora en apacible vuelo.

Trae de rosa transparente velo
tras del cual un misterio se consuma;
y el incienso que sube es una bruma
que envuelve en ondas trémulas el cielo.

Es un país lejano donde un alma
debe vagar en misteriosos sueños
en el pálido nimbo de los astros;

y donde tiene en infinita calma,
su palacio de perlas y alabastros
la virgen sideral de los ensueños.

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