martes, 25 de diciembre de 2012

EDIGIO POBLETE/ RAIZ DEL ALMA


Cuando contemplo, niña tu pupila,
el cielo veo de las horas bellas:
la misma azul profundidad tranquila,
el mismo suave luminar de estrellas.

Pero, ¡ay!, el cielo más azul esconde
el turbión que con furia se desata,
y allí también al vendaval responde
el rayo vibrador, que incendia y mata.

Evita, niña que en tus dulces ojos
se encienda el rayo de pasión violenta;
teme la tempestad. Sólo despojos
deja en los corazones la tormenta.

Guarda cuidosa tu risueña calma,
la fe conserva que jamás vacila,
y sea signo del cristal del alma
la azul serenidad de tu pupila.

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